Álvaro Castillo Granada
Con los libreros en Cuba , 2.ª edic., 2020
Crónicas y cuentos, Colombia
14 × 21 cm, 152 pp.
ISBN 978-958-52645-2-6
PVP 30.000 COP
«Sin duda cada ser tiene, en el universo de lo escrito, una obra que le convertirá en lector, suponiendo que el destino favorezca su encuentro» asegura Amelie Nothomb. Y es justo ahí, al señalar el instante de ese encuentro, donde cobra sentido vital la labor de los libreros. El recorrido inverso es más o menos así: en los anaqueles, libros; dentro de los libros, historias; tras las historias, autores y editores; editoriales —grandes o pequeñas— y sus propios diseñadores e imprentas. Una larga, accidentada cadena de acontecimientos para que la mano del librero, concentrada y vigilante, coloque el libro en su justo lugar: en el anaquel necesario ante los ojos del lector. A su vera miramos, tomamos alguno entre manos, sopesamos si pagar el precio —una vez aceptada su recomendación— o simplemente seguir. Extraños seres los libreros, silenciosos nos observan mientras revisamos sus estantes o los ejemplares traídos hasta el pavimento de una calle cualquiera, hasta algún muro anónimo de la ciudad. Menuda tarea sin página de créditos. Hasta que el colombiano Álvaro Castillo Granada, amigo entrañable de Cuba y librero a su vez, desanda la isla y les pone alma y rostro en este mapa particular. Un atlas de libreros cubanos. Una ruta donde, suponiendo que el destino favorezca el encuentro, los libreros le encontrarán a cada libro un lector. Un atlas de libreros cubanos. Una ruta donde, suponiendo que el destino favorezca el encuentro, los libreros le encontrarán a cada libro un lector. Un atlas de libreros cubanos. Una ruta donde, suponiendo que el destino favorezca el encuentro, los libreros le encontrarán a cada libro un lector.
Roberto Renán
Espejo de sombra, 2020
Cuentos, Cuba
ISBN 978-958-52645-0-2
14 × 21 cm, 116 pp.
PVP 30.000 COP
Algunos relatos de Franz Kafka son ejercicios de lógica que desembocan en el absurdo. Historias que se dan la mano con paradojas clásicas e imponen la visión perpleja con que se evalúa nuestra contemporaneidad, una época forjada a pulso de razón para caer en el sinsentido. De igual modo proceden los relatos de Roberto Renán. Anécdotas de una cotidianidad laberíntica que se muerden la cola en La Habana decadente a la que nos tiene acostumbrados la literatura cubana más reciente. Para salir de la media, Renan se refresca con un tono juvenil que actualiza su trabajo identificado por el cuidadoso manejo de la atmósfera y del lenguaje.
El lector tiene en sus manos dos narraciones autónomas. Sin embargo, una vez acabada la lectura, se descubrirá un juego de vinculaciones particulares. Algunos personajes se repiten y otros se cambian en vagas referencias en la siguiente historia. Mientras los desenlaces confirman la independencia de cada lado del díptico, mirados en detalle, sus giros retroalimentan este Espejo de sombra. Como si uno fuera del reflejo confuso y discordante del otro. Un vidrio donde se destaca, como coincidencia central, una existencia coherente en sus hechos pero desatinada en sus consecuencias.